
Regreso a casa conduciendo sola. Atardecer pesado, cálido. Los olores me
invaden. Su coño, sexo, el mio, tú, él, su sabor... Bajo las
ventanillas, reduzco la velocidad. El aire me acaricia. Me recreo en las
sensaciones... Su olor.... Era muy dulce...
Me gusta recordar la ternura con la que la abrazabas después de que se corriera en tu boca por primera vez. Yo también la sentí mientras la acariciaba metiendo mi lengua en su sexo...
Me gusta recordar la ternura con la que la abrazabas después de que se corriera en tu boca por primera vez. Yo también la sentí mientras la acariciaba metiendo mi lengua en su sexo...

El pelo me golpea la cara. Lo retiro al llegar al semáforo apoyando el
codo en la ventanilla abierta. Mi cara, mi boca, mis manos aun conservan
su aroma. Por el espejo de mi izquierda me encuentro con los ojos del
motorista que para tras de mi. Me siento aun caliente; perra y caliente.
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