
Cuando le dije que le quería pero que ya
no le amaba me dijo "A querer al gato". Tardó una semana en marcharse
de casa. Esa fué una de tantas. Me han dejado, he dejado a veces sin
querer y otras queriendo pero no pudiendo gestionar la relación,
distintos objetivos, distintos tempos... Hoy, no se si será la larga
jornada, la lluvia, el otoño que se nos ha echado encima de repente,
pero volviendo conduciendo el coche, por la autopista, con una cortina
de agua delante de mis ojos, con las luces de los otros coches
deslumbrándome he pensado en todas ellas, en todas las despedidas, en
todos las rupturas, y finalmente he concluido: "¿Por qué lo llaman amor
cuando quieren decir sexo?"
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